"En medio de la lluvia de ayer, la campana de nuestro colegio sonó para anunciar el humo blanco en el Vaticano. Con un profundo gozo y renovada esperanza, conocimos la elección del cardenal Robert Prevost como el nuevo Obispo de Roma, sucesor número 267 de San Pedro, Apóstol de Jesús y primer Papa de la Iglesia.
El Cardenal Robert Prevost, de nacionalidad estadounidense y peruana, estudió Licenciatura en Matemáticas y es Doctor en Derecho Canónico. Pertenece a la Orden de San Agustín y su historia de vida está marcada por décadas de servicio misionero en comunidades vulnerables de Perú, nuestro país vecino. Fue Prior General (la máxima autoridad) de la Orden de San Agustín, y ahora, se ha convertido en el primer Papa estadounidense. Ayer vimos un hombre emocionado, de rostro sereno, que con sus suaves palabras nos confirmó su visión universal, su alma latinoamericana y su compromiso con la paz, la justicia social y el diálogo.
En su primer mensaje desde el balcón de la plaza de San Pedro, León XIV expresó su deseo de “una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca la caridad, que busca estar junto a aquellos que sufren”. Estas palabras nos llaman a perseverar en el amor, la justicia y la solidaridad. Su lema episcopal “en Él somos uno”, nos recuerda que permanecer en el amor de Dios es permanecer unidos, viviendo fraternalmente como hermanos y hermanas, superando las diferencias y celebrando la riqueza de nuestra diversidad. Se trata de un llamado explícito a ser testigos del amor de Cristo en el mundo derribando muros y construyendo puentes, involucrándonos, aceptándonos, colaborando y amándonos como Dios nos ama.
León XIV hereda el espíritu de paz y justicia social de León XIII, impulsor de la Doctrina Social de la Iglesia, y recoge el testimonio de cercanía y humildad de su predecesor, el Papa Francisco. Al mismo tiempo, su nombre nos recuerda al mejor amigo de San Francisco de Asís: el hermano León, quien fue testigo de la vida de San Francisco y fiel seguidor de Jesús, como su querido compañero. El papado ahora pasa de Francisco a León. Dios actúa en la historia: su Espíritu Santo nos guía, ilumina y fortalece como Iglesia.
Oremos por el Papa León XIV, misionero comprometido por la paz y una Iglesia abierta a todas las personas, en especial a quienes sufren. Confiamos en su misión y nuestro caminar al Sagrado Corazón de Jesús y al Dulce Corazón de María para que nos fortalezcan en el amor, la paz, la justicia y la comunión fraterna.
Comentarios